Cuando eliges un pescado en el supermercado, buscas frescura, sabor y calidad. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué ocurre realmente entre el momento en que el pescado sale del agua y llega a tu mesa? La respuesta está en una serie de procesos tecnológicos diseñados para capturar y preservar la perfección del producto. Es un viaje donde la ciencia y el cuidado se unen para garantizar la máxima calidad.
En Blanco del Nilo, nuestra promesa de frescura no es solo una frase, es el resultado de un compromiso inquebrantable con la cadena de frío del pescado y el uso de tecnologías de punta. En este artículo, te abrimos las puertas de nuestros procesos para que entiendas por qué nuestro iqf pescado y nuestras técnicas de envasado al vacío son las mayores ventajas para ti y tu familia.
IQF son las siglas en inglés de “Individual Quick Freezing” o “Congelación Rápida Individual”. Esta no es la congelación lenta que ocurre en tu congelador doméstico. La tecnología IQF es un proceso industrial avanzado que cambia completamente las reglas del juego.
El Problema de la Congelación Lenta: Cuando congelas un alimento lentamente, el agua dentro de sus células forma grandes cristales de hielo. Estos cristales, como pequeñas navajas, perforan y rompen las paredes celulares del tejido. Al descongelar, el líquido se escapa, y con él se van la textura firme, la jugosidad y parte del sabor del pescado.
La Solución IQF: El proceso IQF congela cada pieza de pescado de forma individual y a una velocidad ultrarrápida, utilizando corrientes de aire a temperaturas criogénicas (muy por debajo de los -30°C). Esta rapidez hace que los cristales de hielo que se forman dentro de las células sean microscópicos. Al ser tan pequeños, no dañan la estructura celular.
Una vez que el pescado ha sido perfectamente congelado con tecnología IQF, el siguiente paso es protegerlo. Aquí es donde entra en juego el envasado al vacío, un proceso tan importante como la propia congelación.
El envasado al vacío consiste en colocar el producto en un empaque de alta barrera y extraer todo el aire antes de sellarlo herméticamente. Este simple acto tiene un impacto enorme en la calidad y seguridad del alimento.
Toda esta tecnología sería inútil sin el eslabón más importante: una cadena de frío del pescado rigurosa e ininterrumpida. Desde la captura, pasando por el procesamiento IQF, el envasado al vacío, el almacenamiento y la distribución en camiones refrigerados hasta los congeladores del supermercado, mantenemos una temperatura controlada en cada segundo del proceso.
Este control total es lo que nos permite garantizar que el Filete Blanco del Nilo o el Salmón Premium que compras hoy es tan fresco, seguro y delicioso como el día en que fue preparado para ti.
La próxima vez que veas un producto de Blanco del Nilo o Sierra Madre en el congelador, sabrás que no es solo un pescado congelado. Es el resultado de un proceso científico diseñado para ofrecerte la máxima calidad. Es la tranquilidad de saber que estás llevando a tu mesa un producto seguro, nutritivo y con un sabor que te transportará al mar. Esa es la verdadera frescura. Esa es nuestra garantía.
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